Caras que construyen… Maria Chiara

30 junio 2025
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«Mi vinculación con el Meeting comenzó cuando era niña», cuenta Maria Chiara, hoy estudiante de máster en Historia del Arte. «Mis padres me llevaban con ellos y pasaba días enteros en el Pueblo de los Niños».

Luego estaba su padre, que cada verano, con fidelidad silenciosa, sacrificaba sus vacaciones para servir bebidas en la feria. De pequeña no entendía qué podía haber de bonito en ese esfuerzo. Pero con el tiempo, al verlo volver cada año más feliz, intuyó que detrás de esos gestos se escondía algo grande.

A los dieciséis años también ella dijo su primer "sí": se inscribió como voluntaria. «Ese verano me encargaba de limpiar las mesas en la zona de restauración. Recuerdo el cansancio, pero también la alegría nuestra y de las personas que nos agradecían al encontrar la mesa limpia».

No es una experiencia para el currículum, ni unas vacaciones alternativas. Es algo que toca el corazón y orienta el camino. Hoy Maria Chiara es una de los jóvenes que cada año contribuyen a la construcción del Meeting por la Amistad entre los Pueblos, y su historia recuerda por qué este evento es un bien que merece ser sostenido.

Durante los años universitarios volvió a Rímini como voluntaria, poniendo en juego lo que ama: el arte. «Cada año me fascinan las exposiciones, sobre todo las del ámbito humanístico. Me postulé como guía, convencida de contribuir a un proyecto que va más allá de la divulgación: una propuesta que invita a preguntarse por qué algo nos fascina o nos conmueve».

En 2023 participó en la exposición La forma de las palabras, una experiencia que le ayudó a despejar dudas sobre su futuro. «Ser guía fue una vía privilegiada para ponerme a prueba en lo que amo. Al final de la semana estaba llena de gratitud: había acompañado a las personas en el descubrimiento de algo bello».

El Meeting es también esto: un lugar donde las pasiones se convierten en instrumento para hacer brillar un trozo de verdad ante los demás. Y la verdad tiene la forma de la belleza, sobre todo cuando nace de un encuentro gratuito.

«Bastó esa semana para devolverme la confianza e iniciar con entusiasmo el máster». Un año después volvió de nuevo, guiando a los visitantes en la muestra Lo esencial es visible a los ojos: la vuelta al mundo de William Congdon. Pero no fue solo un ejercicio de profundización artística. «Durante la preparación leí los diarios del artista, en un período difícil. Esas páginas me hicieron descubrir un amigo… Congdon me acompañó en la dificultad, testimoniándome la grandeza del misterio que lo salvó».

Así el Meeting se convierte en una fragua de vida, fuente de vocaciones y lugar de decisiones importantes. «Después de aquel verano, decidí profundizar en el estudio de este artista en mi tesis de máster. Una riqueza inesperada nacida simplemente de decir “sí” a la propuesta del Meeting».

Pero ¿qué hace que el Meeting tenga un poder capaz de cambiar una vida? Para Maria Chiara, la respuesta está en su profunda humanidad: «Creo que una de las fuerzas del Meeting es la variedad de sus propuestas – exposiciones, espectáculos, encuentros, testimonios – todas nacidas de la experiencia de alguien tocado por algo extraordinario».

«Por eso estoy convencida de que el Meeting es un bien para el mundo: porque abre a la posibilidad de percibir un estremecimiento del corazón en cada ámbito de la experiencia».

Apoyar el Meeting no es solo un gesto de generosidad: es una toma de posición. Es decir sí a una obra que educa, construye, regenera. Una obra en la que la belleza toma forma en los gestos más sencillos: «desde el gesto gratuito de quien limpia una mesa hasta una conversación inesperada entre los pabellones».

Maria Chiara lo repite con convicción: «Apoyar el Meeting es fundamental. Se puede hacer de muchas formas: participando como espectadores, contribuyendo económicamente o regalando una semana de tu tiempo como voluntario».

Porque el Meeting no es solo un evento. Es una promesa. Un lugar donde cada verano se construye – a partir de una mirada llena de gratitud – un pedacito de mundo más humano.