Te regalo una historia – Paolo, Rimini

Febbraio 2021
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Me llamo Paolo, vivo junto a mi familia en Rimini, ciudad que me vió nacer en 1979. Sólo un año después, en 1980 se realizó la primera edición
del Meeting, ya desde aquel entonces he respirado su aire, gracias a mis
padres que siempre me llevaban con ellos.


Me ha siempre gustado participar y visitarlo, inicialmente como chiquillo, luego como joven y hoy de
adulto, pero trabajar para él me apasiona más aún. El Meeting? para mi es un lugar hermoso y deseable. Todo es hermoso.


Jamás he sido una persona particularmente interesada en la cultura, nunca me ha tocado luchar para
participar de un encuentro o visitar una muestra, simplemente he preferido “hacer”: trabajar y participar de su preparación, transportar materiales a las bodegas... organizar cenas con los voluntarios, ecc. En el 2001 al Meeting realicé el “servicio civil”, cuando aún era obligatorio en lugar del “servicio militar”, sucesivamente en el 2005 oficialmente entré a trabajar al Meeting ocupándome de la promoción y la preparación de las muestras itinerantes, trabajo que realizo hasta hoy.


Trabajar para el Meeting como empleado y donar el propio tiempo, disponibilidad y recursos al Meeting son dos cosas diferentes, pero que para mi van siempre juntas. Este aspecto es ciertamente una mia característica, cuando vivo una experiencia positiva y bella para mi y los demás me es inmediato contribuir y poner a disposición “del mio”.


Otro hecho que cada año me impresiona, y me confirma el hecho que el Meeting es un lugar bello y deseable, me sucede cuando mirando a mis cinco hijos: la más grande tiene catorce años, los dos más pequeños, que son gemelos tienen seis. Todos ellos desde pequeños han siempre visto y vivido el Meeting - deambulando inizialmente conmigo y mi esposa (o la baby sitter), luego con sus amigos en busca de gadget o a comer un helado - como cualquier cosa bella y deseable. “Papá hoy vamos al Meeting?” me dicen siempre los más pequeños. Y también durante el año: “Papá cuánto tiempo falta para el Meeting?”


Desde mi punto de vista, siempre he deseado contribuir económicamente, decidiendo simplemente de cenar con mi familia o invitando mis amigos a pasar una tarde juntos (visto que en el día trabajo).
Te regalo una historia.
En el 2019 a Rimini, como en tantas otras ciudades Italianas, organizamos un evento especial llamado Meet the Meeting. Ocasión para contar a todos que era el Meeting, entregando del material e invitarlos a participar. En tal ocasión era posible sostener económicamente el Meeting a través de una donación de 10 euros y como muestra de gratitud el Meeting donaba una botella de vino: ¡para nada fácil!


En el 2020, a causa della pandemia Covid las muestras itinerantes fueron momentáneamente suspendidas, por consiguiente, en el trabajo me encontré repentinamente con bastante tiempo a disposición, ocasión para implicarme aún más con el Meeting poniéndome siempre “del mío”: de esa manera puse a disposición mi auto, el carburante, y mi tiempo. Con mascarilla y la debida distancia me puse a distribuir en primera persona las botellas a las personas que habían decidido donar y sostener económicamente el Meeting en ese año así especial y dramático. Fue una gran ocasión para encontrar aún muchas más personas - en total seguridad - todas ellas agradecidas por el gesto que estaba realizando, en total fueron casi 1.000 botellas.


Para mi incluso en el trabajo es así. Es mi modo de responder a aquello que me ha impresionado. Sin detenerme demasiado a pensar o a decir: “esto no me compete, yo me ocupo de otras cosas” o “esto deberían hacerlo otros” existe siempre una excusa para no hacerlo. Al límite del posible trato siempre de ir más allá, más allá del horario laboral, como voluntario.


El 2020 si bien fue un año difícil para el Meeting, en mi calidad de empleado jamás me sentí tratado como un número o un “costo”, ni en el 2020 ni antes. Como tantas personas en Italia, realicé mis horas en la “cassa integrazione”, sin embargo encontré siempre algo por hacer. Y cuando me tocaba hacer un trabajo ocasional, complementando las horas que ya realizaba para el Meeting, fue que decidí dar un contributo adicional como gesto de estima realizando una donación económica mensual.
No me arrepiento. De aquí a un año, me veo aquí donde ahora estoy, donde se no? Y para el futuro, me gustaría que mis hijos, así como ahora sucede, pueda continuar a ver la misma belleza que han visto y vivido en estos años.


Deseo que en el podio de valores y prioridades continuasen poniendo al Meeting.

Paolo, Rimini

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de esta gran historia de amistad